10 cosas que aprendí del fracaso
Por Scott Gerber
Todos los empresarios han cometido una
serie de errores o han sido objeto de fracasos a lo largo de su carrera
empresarial. Estos contratiempos, aunque dolorosos, te enseñarán más
sobre los negocios que cualquier libro, lectura, o mentor. Además, son
grandes temas de conversación en los cócteles y foros de discusiones.
Estoy orgulloso de haber aprendido tanto
de mis fracasos, y el hecho de compartirlos con todo el mundo,
realmente me emociona. Después de todo, ¿Cuál es el punto de terminar en
litigios frívolos, estar a punto de perder hasta la camisa, pedirles a
los capitalistas de riesgo decenas de millones de dólares sin ningún
modelo de negocios, o verse obligado a regresar a la casa de sus padres
si no se puedes tener unas cuantas risas como resultado? ¿Verdad?
Y por eso, aquí están las 10 principales lecciones que aprendí de mis fracasos del pasado que valieron la pena.
10. Si no hay ingresos, no hay negocio.Punto.
Construye un negocio sostenible tú mismo, y no uno basado en
hipotéticas adquisiciones o inversiones de capital imaginarios. Si tu
negocio puede hacerlo, puede que seas capaz de comprar otras empresas en
el camino o aumentar tu capital riesgo. Pero tratar a cualquiera de
estas dos estrategias como seguras, es simplemente estúpido. Conclusión:
Deja de pensar en mañana y céntrate en hoy. Cash flow o muerte.
9.< No eres especial (ni tampoco tu negocio).
Si eres humano, ¿Adivina qué? Todavía estás sujeto a las reglas de la
teoría de la evolución de Darwin o, al menos, la ley de Murphy. Lo peor
que puedes hacer es enamorarte de tu propia hoja de balance, así que
mantente concentrado, deja de pensar que eres un ganador sólo porque
estás emocionado y pensar que tu idea es brillante, y ve a patear
algunos traseros reales.
8. ¿Cuántas cosas puedes hacer perfectamente?
Si tu respuesta es cualquier otra cosa que “una”, ¿Adivina qué? Eres un
idiota. Roma no se construyó en un día, ni Google. Ambos fueron
construidos ladrillo por ladrillo, escalaron y entonces, y sólo
entonces, se diversificaron. Mantén tu plan de negocio simple, porque si
no es simple, estás muerto.
7. Los planes de negocios tradicionales te llevarán a la quiebra.
¡No te quedes paralizado en el análisis! La planificación empresarial
no es un ejercicio de generación de ingresos. En la ejecución es donde
está el dinero. Escribe algo corto, dulce y directo al punto y ve a por
ello.
6. El peor de los escenarios es el único escenario.
Si proyectas 100 clientes, posiblemente tendrás 10. Si predices que un
acuerdo se cerrará en 2 meses, puede que tome 12. El punto es que
siempre tienes que pensar en un plan B (y en ocasiones), un plan B para
un plan B. No confíes en sólo una manera de hacer algo, piensa en
múltiples formas de hacerlo. Cúbrete pensando en alternativas para cada
posible inconveniente y te convertirás en un tomador de decisiones mucho
más fuerte.
5. Divide tus “más bajos” supuestos financieros o expectativas por 4.
Todo lo que piensas que vas a ganar antes de ponerte en marcha, bueno,
probablemente no vaya a suceder. Las previsiones financieras son como
pequeños duendes que se sientan en tus hombros a susurrarte cosas dulces
al oído sobre como crecen las curvas de campana. No te quedes en un
bello hito financiero. Céntrate en el crecimiento orgánico y en cubrir
tus gastos básicos antes de preocuparte por un salario de seis cifras o
ingresos de la compañía de diez dígitos.
4. Los socios estratégicos no siempre son una buena idea.
Antes traer a alguien como socio, determina si realmente un “socio” es
la mejor opción. Decide si las alternativas tales como el reparto de
ingresos o hacer un joint venture son una mejor opción. Asegúrate de
saber todo sobre la persona con la que deseas asociarte, desde sus
antecedentes políticos hasta su ética en los negocios. Y si decides
seguir adelante y hacerlo socio, asegúrate de crear un acuerdo de
operación que establezca claramente lo que sucederá en todos los
posibles casos que se presenten, desde si un socio se va hasta si un
socio muere.
3. La prueba del concepto no es opcional.
Nadie te dará un fajo de billetes en la mano y te dirá: “Aquí tienes,
ve y sigue tus sueños y construye la próxima gran empresa”. Los bancos
rara vez (si alguna vez) le prestan a las start-ups. Los ángeles e
inversores de riesgo no te darán una segunda mirada. En pocas palabras: a
la gente de dinero no le importa si estás vivo o muerto hasta que estés
en el mercado y prosperando. No pierdas ni un segundo con una idea que
no puedas realizar sin los recursos de alguien más. Piensa en pequeño
antes de intentar ir por algo más grande. Deja de pensar en la “fase 3″
antes de tener la “fase 1″ completa. Si te encuentras diciéndote que no
puedes lanzar tu negocio sin tener todo lo que necesitas desde el primer
día, golpéate en la cabeza con un objeto contundente hasta que ganes
claridad.
2. El crecimiento del negocio ocurre en tiempo real.
Es posible que desees pasar a través de todas las dificultades de una
Start-up, pero no se puede llegar al punto B sin pasar por el punto A, y
el punto A toma tiempo. No hay ningún “Haga su Star-up en 6 minutos” o
“Formas para llegar a tu primer millón rápidamente”. Toma su tiempo
construir tracción, hacer conocida una marca y formar una base de
consumidores. Tratar de llegar a B más rápido sólo te llevará a tener un
A débil, y un A débil puede acabar con todo el negocio.
1. No importa que tan exitoso seas, acepta que volverás a fallar.
Fallar es bueno. Será tu guía para hacerte más inteligente, tomar
mejores decisiones. Cuanto más rápido te des cuenta de que tu negocio
nunca será perfecto y que no hay tal cosa como “viento en popa”, más
crecerás como líder.
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