CONSEJOS DE UN GRAN EMPRENDEDOR “Steve Jobs”
Sin duda alguna este mundo en el que
vivimos se mueve al ritmo de losGrandes Emprendedores
, me refiero a esas personas que tienen un visión en la vida y hacen todo
lo que esta a su alcance para llegar desarrollarla, a pesar de las
inconveniencias que se presenten, y posteriormente presentar ese logro y
compartido por miles y milloners de personas en el mundo.
Uno de esos casos es el Sr. Steve Jobs, una persona como
calquiera, pero con una Visión que
lo ha llevado a estar en ese grupo de grandes Emprendedores que han
revolucionado el rumbo de la sociedad en la ultima parte del siglo XX e inicios de este
siglo.
Gracias a
ese espíritu emprendedor ha sido capaz de creear una serie
de compañías poderosas y con mucho éxito, las cuales han
ayudado a redefinir el mundo de la computación personal, de
la telefonía móvil, el mercado de la música y del
entretenimiento. Tu ya las conoces. (Apple,iTunes Store,Pixar, entre
otras)
La vida de
Sr. Steve Jobs no le ha sido tan sencilla como pudiera parecer,e incluso
en estos momentos (2011) esta sufriendo de un
terrible cáncer que lo ha orillado a dejar el mando de sus empresas,
con un futuro nada alentador para él, Pero sin embargo nos
ha demonstrado con su filosofía que lo importante en la vida es
seguir creyendo en algo y no soltarlo, aferrarte a lo que amas hacer
aunque el futuro no se vea claro y que debes de vivir pensando que hoy es el
último día de tu vida, para aprovecharlo al máximo.
Esto
pensamientos quedaron plasmado cuando en el 2005 dió un discurso, que se hizo
muy famosos, en la Universidad de Stanford ante cientos de graduados, donde
relata tres historias de su vida, las cuales realmente son tres claves
que descifran el lugar de donde ha emanado la fuerza para
inspirarse y crear tantas cosas que de cierta forma rigen esta sociedad.
Te invito a leer estas tres
historias, sino lo has hecho, y si ya lo hiciste alguna vez te recomiendo que
las vuelvas a leer, verdaderamente son muy inspiradoras. Pero me gustaría
más que lo hicieras varias veces con mucha atención y las
reflexiones. Date cuenta que para llegar a ser como esteGran Emprendedor nada
más falta VOLUNTAD de querer alcanzar
lo que te planteas, sin importar los retos o adversidades que se te pongan
enfrente.
“Gracias.
Tengo
el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestro comienzo en una de las
mejores universidades del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me
gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una
graduación universitaria.Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.
La primera historia versa sobre “Conectar los Puntos”.
Dejé la Universidad de Reed tras los seis
primeros meses, pero después seguí vagando por allí otros 18 meses, más o
menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé? Comenzó
antes de que yo naciera.
Mi madre biológica era una estudiante joven y
soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me
adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se
preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer.
Solo que cuando yo nací decidieron en el
último momento que lo que de verdad querían era una niña.
Así que mis padres, que estaban en lista de
espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:
“Tenemos un niño no esperado; ¿lo
queréis?” “Por supuesto”, dijeron ellos.
Mi madre biológica se enteró de que mi madre
no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado
el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo
cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a
la universidad.
Y 17 años más tarde fui a la universidad.
Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como
Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba
gastando en mi matrícula.
Después de seis meses, no le veía propósito
alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la
universidad me iba a ayudar a averiguarlo.
Y me estaba gastando todos los ahorros que
mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y
confiar en que las cosas saldrían bien.En su momento me dio miedo, pero en
retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado.
En el momento en que lo dejé, ya no fui más a
las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a meterme en las que
parecían interesantes. No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en
el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por
los 5 céntimos del envase para conseguir dinero para comer, y caminaba más de
10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo
de los Hare Krishna. Me encantaba.
Y muchas cosas con las que me fui topando al
seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más
adelante. Os daré un ejemplo.
En aquella época la Universidad de Reed
ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas
partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones,
estaban bellamente caligrafiadas a mano. Como ya no estaba matriculado y
no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para
aprender cómo se hacía.
Aprendí cosas sobre el serif y tipografías
sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente
grande a una gran tipografía.
Era sutilmente bello, histórica y
artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré
fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica
en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer
ordenador Macintosh, todo eso volvió a mí.
Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue
el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por
aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples
tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo
más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera
ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de
caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía
que poseen.
Por supuesto, era imposible conectar los
puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase, pero fue muy, muy claro
al mirar atrás diez años más tarde.
Lo
diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes
hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán
alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino,
la vida, el karma, lo que sea.
Esta forma de actuar nunca me ha dejado
tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.
Mi segunda historia ”El Amor y la Pérdida”.
Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados.
Hacía justo un año que habíamos lanzado
nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había
cumplido los 30. Y me despidieron.
¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú
has creado?
Bueno, mientras Apple crecía contratamos a
alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y
durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra
perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos
completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte.
Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy
notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y
fue devastador.
Realmente no supe qué hacer durante algunos
meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores,
que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con
David Packard [de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo
fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle
[Silicon Valley].
Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún
amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había
cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así
que decidí comenzar de nuevo.
No lo vi así entonces, pero resultó ser que
el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado.
Había cambiado el peso del éxito por la
ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó
para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los
siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me
enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa.
Pixar llegó a crear el primer largometraje
animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más
exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró
NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el
corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una
maravillosa familia.
Estoy bastante seguro de que nada de esto
habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina
horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en
la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única
cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que
encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para
vuestros amantes.
El
trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar
realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única
forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis
encontrado, seguid buscando.
No os conforméis.
Como en todo lo que tiene que ver con el
corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones
geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid
buscando hasta que lo encontréis.
No os conforméis.
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía
algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás
razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me
he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi
vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No”
durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar que voy a morir pronto es la
herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las
grandes decisiones de mi vida.
Porque prácticamente todo, las expectativas
de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente
a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.
Recordar que vas a morir es la mejor forma
que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás
desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.
Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.
Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la
mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué
era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de
cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi
médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma
médica de decir: prepárate a morir.
Significa intentar decirle a tus hijos en
unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de
que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para
tu familia. Significa decir adiós.
Viví todo un día con ese diagnóstico.
Luego, a última hora de la tarde, me hicieron
una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y
el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células
del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que
cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó
ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.
Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo
más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de
ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir
esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente
intelectual:
Nadie quiere morir.
Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo
quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos
compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte
es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida.
Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.
Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero
dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo
viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto.
Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.
No
os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del
pensamiento de otros.
No
dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz
interior.
Y lo
más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra
intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.
Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una publicación
asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de
las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de
aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos
años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía
con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con
tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de
herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios
números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un
último número.
Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra
edad.
En la contraportada de su último número había
una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la
clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois
aventureros. Bajo ella estaban las palabras:
“Sigue
hambriento. Sigue alocado”. Era
su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.
Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora,
cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a vosotros. Seguid
hambrientos. Seguid alocados.
Muchísimas gracias a todos.“
Espero que te
sean útiles y motivadores los consejos de este Gran
Emprendedor, para poder
seguir adelante en este estilo de vida que has decidido vivir, no
es fácil pero cuando lo logras los frutos son enormes. Vale la pena
seguir luchando.
Gracias
por tu confianza
Oscar Guerrero
Oscar Guerrero
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