viernes, 19 de abril de 2013

Descubre por qué fracasar también tiene sus ventajas



Descubre por qué fracasar también tiene sus ventajas


Por Nana De Juan/Efe-Reportajes
Los expertos nos explican que el éxito y el fracaso son las dos caras de la misma moneda.
Madrid, España.- Tanto Manuel Reyes, experto en aportar recursos para aprender a “vendernos” en el trabajo y en la vida, como Jesús A. Mármol, maestro en reivindicar el fracaso como aprendizaje, coinciden en que es preciso cambiar la percepción negativa del fracaso y pensar en positivo para que los fallos se conviertan en futuros éxitos.
“Urge promover una nueva cultura social en positivo sobre el concepto de fracaso y desaprender todo lo dicho, porque su superación logra efectos muy importantes en la persona implicada, si lo sabe aprovechar”, advierte Mármol en su guía práctica “El poder transformador del fracaso”.
Mientras que cada emprendedor norteamericano experimenta 3,75 fracasos empresariales antes de conseguir un triunfo y gana experiencia con ello, el 50 por ciento de los emprendedores latinos tiene miedo al fracaso y el 64 por ciento de los que fracasaron una vez, no vuelven a intentarlo, se asegura en esta guía práctica.
Las oportunidades, con fecha de caducidad
Por su parte, Reyes, que se define como “psicólogo de formación y vendedor de vocación”, defiende en su novela en clave de autoayuda “Las 4 leyes de las oportunidades”, que “las oportunidades están al alcance de todos, pero que vienen con fecha de caducidad, por lo que, si no las aprovechas tú, lo hará otro; así que, ante la duda, hay que atreverse“.
Mármol anima a las Escuelas de Negocios a que introduzcan el estudio del fracaso entre sus asignaturas, porque está convencido de que un buen emprendedor nunca se rinde ante él, “y acabar así de una vez por todas con el sentido peyorativo de esta palabra”.
Como Mármol, Reyes está convencido de que durante toda nuestra vida nos estamos “vendiendo”, tanto para buscar pareja como para educar a nuestros hijos, conseguir un buen trabajo o intentar convencer al opositor de nuestras opiniones, por lo que propugna que “hay que esmerarse” en una “buena venta de nosotros mismos”.
“La culpa del miedo al fracaso se origina en la infancia, porque desde pequeños nos estimulan a querer gustar a los demás en todos los ámbitos de la sociedad y, si la realidad te da un revés, el nivel de autoestima baja y la persona ve atacada su línea de flotación vital”, nos explica Mármol, que ha ejercido también como consultor en comunicación y marketing, y ha dirigido varios periódicos empresariales.
“Ante la crisis actual, podemos invadirnos de tristeza y de pesimismo o ver las oportunidades que nos puede propiciar, porque una misma realidad no deja de ser una interpretación de los hechos”, subraya Reyes, que lleva entrenando equipos directivos y comerciales desde hace once años, pero que antes dedicó tres lustros de su vida a las ventas comerciales, desde grúas a equipos industriales.
El secreto del éxito
Para Mármol, en todo proceso de fracaso personal, estamos muriendo para renacer de nuevo, como hace el gusano cuando muere para convertirse en mariposa, y solo se logrará el éxito “cuando te reencuentres contigo mismo, sepas lo que quieres y seas el dueño de tu realidad”, advierte.
Reyes está convencido de que “si cambias tu percepción de los hechos – por ejemplo, de ‘hoy será un día pésimo a hoy puede ser un gran día’- , se modifican tus emociones y tus actuaciones son diferentes; y, si tus actuaciones son diferentes, modificas tu actitud”, constata el experto.
Para Mármol, las señales evidentes de que una persona ha superado emocionalmente un fracaso y que puede volver a levantarse de nuevo, son “cuando tu corazón y tu mente se alineen en el tiempo, encuentres una actividad que te apasione, la ‘focalices’ y vibres con ella”, recalca.
Los deseos del corazón, por encima de la razón
Sobre la fecha de caducidad de las oportunidades, Manel Reyes está convencido de que, para detectarlas, hay que tener muy claro qué vas a hacer con tu vida personal y profesional en los próximos cinco años y apuntarlo en un papel, “porque las oportunidades solo duran un suspiro”.
Mármol constata que “los deseos emanados del corazón deben siempre primar ante la fuerza de la razón, porque “cuando las expectativas de futuro salen de tu mente, pero no de tu corazón, siempre tienen fecha de caducidad”.
Del mismo modo opina Reyes, para quien “si te marcas un objetivo con el corazón, tu acción es más potente que si lo haces con la inteligencia y, cuando lo logras, detectas más posibilidades y tienes una mayor posibilidad de superar los obstáculos”, que es socio-director de MRC International Training.
“Cuando estás desarrollando alguna actividad de carácter innato con el corazón de modo duradero y ‘fluyes’, es que has encontrado el camino; a partir de ahí, cuentas con todos los elementos para lograr tu concepto personal de éxito, remacha Jesús A. Mármol.
“Para mi, un fracasado es solamente una persona que no aprende de sus propias experiencias”, concluye Mármol.
Mientras que Mármol basa sus teorías en su labor como consultor de comunicación y mercadotecnia, directivo de prensa, “coach” y periodista, las ideas de Manel Reyes están basadas en su amplia experiencia como vendedor, comunicador y psicólogo, convencido de que “serán un soplo de optimismo en estos momentos económicos de incertidumbre”.
Destacados:
* Mientras que cada emprendedor norteamericano experimenta 3,75 fracasos empresariales antes de conseguir un triunfo, el 50 por ciento de los emprendedores latinos tiene miedo al fracaso y el 64 por ciento de los que erraron una vez no vuelven a intentarlo, según aseguran los autores de la guía “El poder transformador del fracaso”.
* “Las oportunidades están al alcance de todos, pero vienen con fecha de caducidad, por lo que, si no las aprovechas tú, lo hará otro; así que, ante la duda, ¡atrévete!”, asegura el “coach” Manuel Reyes.
* “Los impulsos del corazón deben primar siempre sobre la razón para elegir una actividad con la que triunfar en la vida, si no quieres que tu decisión tenga fecha de caducidad”, afirma el experto.

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