Las cosas que NADIE te dijo que pasarían al empezar a trabajar
Administrar tu tiempo, no tener mucha vida social y cuestiones monetarias son algunos de los problemas a los que se enfrentan las personas que han decidido estudiar una carrera y ejercerla
Existe una gran
diferencia entre tener un trabajo y ejercer una carrera, pues ser un
profesionista no sólo significa tener un título y una mejor paga.
Es verdad que
durante todo el tiempo que estudias, tus profesores te instruyen acerca de todo
lo relacionado con la carrera que decidiste cursar. Ellos te dicen cómo ser un
buen abogado, dentista, doctor, periodista, diseñador, ingeniero, etc., pero el
problema está en que sólo te enseñan la teoría y no la práctica.
Nadie te orienta en
cómo será aplicar esos conocimientos teóricos en la vida real, cuando ya estés
ejerciendo tu profesión... Como dicen la frase: "Nadie experimenta en
cabeza ajena", y la experiencia la tomarás cuando comiences a trabajar...
Al ejercer tu
profesión, te enfrentarás a muchas situaciones que son completamente
desconocidas para ti, y que nadie te advirtió que tendrías que enfrentar. Es
por ello que De10.mx, con información del sitio cracked.com, hace un
recuento de las cosas que nadie te dijo que sucederían si decidías estudiar una
carrera.
El tiempo. Cuando
uno comienza a trabajar en algo relacionado con la carrera que estudió, también
empieza el calvario de administrar el tiempo, ya que en un principio, con la
intención de aprender más rápido tus funciones así como para quedar bien con el
jefe, te quedas más tiempo del estipulado en tu contrato; pero eso no está mal,
lo peor viene cuando te das cuenta que va pasando el tiempo y tú sigues
saliendo tarde debido a tus labores, que para ti no sólo es un trabajo, sino
que es tu forma de vida.
Y es que las
personas que laboran sólo con el objetivo de ganar dinero para vivir no tienen
ese problema, ya que respetan su horario establecido y pase lo que pase ellos
saldrán a su hora; en cambio un profesionista está comprometido con su trabajo,
ya que se plantea metas a alcanzar y entre más va escalando jerarquías sus
responsabilidades aumentan y el tiempo que invierte también.
Aquí entra otro
problema con el tiempo, pues en la oficina desde tu secretaria y en general,
todo tu equipo de trabajo, exige de tu tiempo para poder solucionar algunos
asuntos; y de hecho, hay veces que hasta te cuesta hacer espacio para asistir a
reuniones personales con amigos o familiares. Tus horas están contadas y
cualquier contratiempo altera la distribución de tus compromisos.
Adiós
pasatiempos. Precisamente, al ser un trabajador normal, con un
horario inmovible, te das el lujo de estableces horas para jugar Xbox, asistir
a una clase de yoga y hasta para perder el tiempo descansando en tu cómodo
sillón viendo tu programa favorito.
Sin embargo, al ser
un profesionista, las cosas cambian. Tus prioridades son otras, mismas que en
muchas ocasiones no te dejan espacio para tener pasatiempos, por ejemplo, si
antes te dabas tiempo para ir al nadar por las tardes, andar en bicicleta o
tomar clases de baile, ahora ya no tienes una hora de salida específica, pues
si sale algo urgente o un nuevo proyecto, el tiempo en el trabajo se alargará,
por lo que es muy complicado planear realizar alguna actividad como ir al
gimnasio, asistir a una clase de macramé, o algo similar.
Finanzas
personales. En la universidad no existe un maestro que te
explique cómo es que en tu época de estudiante, con los pocos pesos que te
daban tus papás, te alcanzaba para ir a la escuela, comer y hasta para irte de
fiesta con tus amigos. Pero en el momento en el que inicias tu vida laborar y
recibes más dinero, comienzas a darte gustos que antes no podías, sin embargo,
con el paso del tiempo te das cuenta que tu sueldo no es suficiente para cubrir
tus gastos, pues ya sacaste una tarjeta de crédito, te fuiste a vivir solo, te
casaste...
Por lo que tienes
que hacer una revisión de tus finanzas personales, para poder acoplar tus
ingresos con tus gastos, y así no verte en aprietos o en la quiebra. Pero esto
es parte del proceso de volverte independiente, y en el que tienes que aprender
a manejar tu dinero.
Cuando no
estás, el trabajo se viene abajo. Cuando obtienes un rango en el
que tienes a tu cargo varias divisiones o empleados, y por cuestiones
imprevistas tienes que faltar al trabajo, tus subordinados se sienten más
relajados, pero al mismo tiempo su productividad baja debido a que no hay nadie
que esté vigilando que las cosas se lleven acorde al proceso que ya se ha
establecido.
No significa que
seas indispensable en la empresa, pero sin duda, tu trabajo mantiene un orden y
al no estar presente, éste puede empeorar; pero lo peor, es que a tu regreso
tendrás que enfrentar ese caos.
La gente
piensa que eres infeliz. Debido a tus horarios complicados, la
carga de trabajo que siempre dices que tienes, tus mínimos tiempos libres, el
constante estrés en el que encuentras, y más... la gente a tu alrededor asume
que tu vida no es "color de rosa", de hecho, llegan a pensar que en
realidad eres muy infeliz con tu empleo.
No obstante, es
verdad que tu vida tiene estrés, mucho trabajo, poco tiempo para vida social,
pero al final de cuentas tú decidiste estudiar esa carrera y ejercerla, por lo
que tu profesión es parte fundamental de tu vida y te sientes vivo y bien al
estar laborando en base a ella. Además, nadie te está obligando, no trabajas
con una pistola en la cabeza y si tú lo decidieras podrías cambiar de trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario