¿Por qué los pobres trabajan por dinero… y los ricos no?
Por Robert
Kiyosaki
¿Por qué
trabajas?
Cuando yo era un
muchacho joven, tenía la ventaja de tener dos puntos de vista sobre el dinero
porque tenía dos papás; uno pobre y uno rico.
Mi padre pobre era
un empleado del gobierno. Como superintendente del distrito escolar de Hawaii,
tenía un salario decente, tenía beneficios para la salud y disfrutó de una
pensión. Aunque tenía un buen trabajo, él no entendía de dinero. Por lo que
luchó financieramente toda su vida.
Mi padre rico era
dueño de negocios con una educación financiera. A través de los años, invirtió
y construyó un imperio que iba desde pequeñas tiendas hasta grandes hoteles. No
tenía un trabajo tradicional, pero entendía de dinero. Como resultado de ello,
se hizo muy rico y no luchaba para llegar a fin de mes.
Él le enseñó a su
hijo Mike y a mi cómo ver y usar el dinero para hacernos ricos a través de una
serie de lecciones, y la primera lección que me enseñó fue: “Los ricos no
trabajan por dinero.”
Mi padre
rico dijo: “La causa principal de la pobreza es el miedo y la ignorancia.”
Su punto era que la
mayoría de las personas tienen tanto miedo de no tener dinero que harán
cualquier cosa por conseguirlo. Por lo general, esto significa trabajar en
empleos que no les gustan, para las personas que no les gustan, por un salario
que no les gusta.
Las razones de esto
es que mientras la gente sabe que quiere que cosas lindas, no conocen ninguna
otra manera de conseguirlas mas que trabajar por más y más dinero. Cuanto más ganan,
más compran, y más dinero necesitan ganar.
Es un
círculo vicioso que padre rico llamó la carrera
de ratas.
Mientras la gente se
acostumbra a tener cosas más y más bonitas, se vuelven más temerosas de perder
todo por lo que han trabajado. Así que trabajan más duro para complacer a su
jefe y mantener sus puestos de trabajo. Al mismo tiempo, se vuelven más y más
miserables.
Algunas de estas
personas son pobres de espíritu porque son infelices. Otros son pobres porque,
en realidad, a pesar de que trabajan duro, no ganan suficiente dinero para
vivir una buena vida. De cualquier modo, están viviendo una vida de pobreza
porque no entienden de dinero y cómo hacer que trabaje
para ellos.
Como niños pequeños,
mi padre rico nos quería enseñar a Mike y a mí una valiosa lección sobre el
dinero. Lo hizo al hacernos trabajar en uno de sus minisúpers tres horas cada
sábado. Nuestro trabajo era sencillo pero adormecía nuestra mente. Sacábamos el
polvo de los estantes cada vez que un coche pasaba para el estacionamiento, y
nos enviaba una ola de polvo a través de las puertas de la tienda que estaban
abiertas para mantener el almacén frío ya que no había aire acondicionado.
A cambio de esto,
cada uno recibía $ 0,30, lo cual no era mucho dinero, y la promesa de aprender
a ser ricos. Al final de cada turno, usaba mi dinero para comprar cómics y me
iba a casa preguntándome cuando mi padre rico me enseñaría a ser rico.
Al pasar las
semanas, conseguía mis $ 0,30 pero nunca las enseñanzas que esperaba sobre cómo
ser rico. Finalmente, estaba listo para renunciar. Estaba ganando muy poco por
demasiado trabajo y no valía la pena, o eso creía. Es entonces cuando
finalmente conseguí mi primera lección sobre el dinero.
“Yo quería
enseñarte el poder del dinero”, dijo padre rico.
Luego pasó a
explicarnos que nuestro deseo por más dinero tenía el efecto de cegarnos. En
lugar de ver la oportunidad, dejamos que nuestra falta de dinero nos diera una
visión de túnel. La única opción era que él nos pagara más. Estábamos
trabajando por dinero.
Entonces, nos
explicó que él no trabajaba por dinero, sino que hacia lo que le gustaba y hacía
que el dinero trabaje para él. Nuestros ojos se abrieron.
Después de la
lección de educación financiera de mi padre rico, Mike y yo pusimos nuestras
cabezas juntas para ver cómo podíamos hacer para que el dinero trabaje para
nosotros también. La respuesta había estado delante de nuestras caras todo el
tiempo mientras desempolvábamos las estanterías y nos quejábamos de lo poco que
ganábamos.
Padre rico dijo: “Entre
más pronto dejes de trabajar por un sueldo, más pronto podrás ver cosas que
otras personas nunca ven.”
Después de la
lección de padre rico, Mike y yo trabajamos en su tienda por un par de semanas
y notamos que el gerente de la tienda tomaba los cómics viejos, cortaba las
tapas por la mitad, y se los daba al distribuidor por crédito. Eso nos dio una
idea.
Cuando el
distribuidor vino a recoger los cómics viejos, le preguntamos si nos lo
podíamos quedar. Debido a que trabajábamos en la tienda, nos dijo que sí, pero
sólo si no los revendíamos.
Mantuvimos nuestra
parte del trato, no los vendimos; los alquilamos. Usamos un cuarto de huéspedes
en el sótano de Mike, apilamos cientos cómics gratis, y todos los sábados
abríamos nuestra biblioteca de 2:30 a 4:30 p.m. a los niños del barrio. La
entrada era de $ 0.10 por día, un robo ya que cada libro costaba $ 0,10 y uno
podía leer cinco o seis en las dos horas que estábamos abiertos.
Todo iba bien,
promediábamos $9,40 por semana; mucho más que los $0,30 que hacíamos cada
semana en la tienda. Pero nunca hubiéramos tenido la oportunidad si no
hubiéramos trabajado allí y tenido nuestros ojos abiertos a las oportunidades.
La mejor parte de nuestra nueva empresa era que hacíamos ese dinero, incluso si
no estábamos allí en la biblioteca de cómics.
Habíamos
aprendido a hacer que el dinero trabaje para nosotros.
Por lo tanto, la
pregunta que tengo para ti hoy es, ¿Por qué estás trabajando?
Para obtener más
información, echa un vistazo a nuestras herramientas gratuitas sobre
educación financiera aquí.
Algunas partes de este artículo fueron
adaptados de Rich Dad Poor
Dad: What the Rich Teach their Kids About Money—That the Poor and Middle Class
Do Not!
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