martes, 21 de junio de 2011

EL VALOR MONETARIO DE SOLO UNA "IDEA"

El creador de Hot Mail


Si te menciono el nombre de Sabeer Bhatia quizá no te diga nada, sin embargo si te digo que es el creador del popular Hotmail, tal vez la cosa cambie. ¿Te interesa la historia? Aquí te la cuento.

El Valle del Silicio ha dado origen a muchas historias de éxito, que impulsan a los jóvenes emprendedores a abandonar su lugar de residencia para integarse al valle. entre ellos hay miles de hindúes que han llegado en pos de la versión del siglo XXI del sueño americano. Ésta es la historia de uno de ellos. No empezó en la famosa isla Ellis, sino en un aeropuerto de Los Ángeles.

Una idea genial

Sabeer Bhatia llegó al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el 23 de septiembre 1988, a la 6 de la tarde. El viaje desde Bangalore, India, había durado 22 horas y el joven estaba hambriento. El Instituto Tecnológico de California, que le otorgó la beca, le había enviado instrucciones que simplemente decían: "Tome un transporte de enlace hasta el campus". Pero Bhatia no sabía qué era un "transporte de enlace". Tenía 19 año y 400 dólares en el bolsillo, y no conocía a nadie en Estados Unidos.
Bhatia pensaba titularse y regresar a su país a trabajar, quizá como ingeniero. Seguía el modesto camino trazado por su madre, gerente de un banco, y su padre, director administrativo de un organismo de inestigación del Ministerio de Defensa.
India es un país tan burocratizado que los jóvenes como Bhatia creen que nadie que no sea un superhombre puede fundar una compañía.
Cuatro años después, como estudiante de postgrado en la Universidad de Stanford, Bhatia empezó acudir a comidas donde oía hablar a empresarios como Scott McNealy, de Sun Microsistems, y Steve Wozniak, de Apple. El mensaje era siempre el mismo: Tú también puedes lograrlo. Bhatia tenía la impresión de que eran tipos listos, pero en modo alguno extraordinarios.
Cuando se graduó, no quiso regresar a su país, de modo que, con un amigo suy, Jack Smith, aceptó un empleo como ingeniero en computación en Apple Computers. Empezó a asistir a las fiestas de un grupo de empresarios hindúes del Valle del Silicio, donde conoció a muchos compatriotas suyos, mayores que él, que habían triunfado. ¡Ellos también parecían ser personas ordinarias!
Todos los días Bhatia le contaba a Smith otro caso de algún tipo que había convertido alguna buena idea en una compañía que luego había vendido en millones de dólares. "Jack", le decía, "me parece que estamos desperdiciando la vida".
Aunque Smith tenía esposa y dos hijos en quienes pensar, Bhatia acabó por convencerlo y llegaron a un acuerdo: él sería el gerente de la futua empresa, y Smith, el arquitecto tecnológico
Los amigos se exprimieron el cerebro en busca de ideas. Querían enviarse mensajes electrónicos, pero temían que sus jefes los leyeran y pudieran acusarlos de trabajar en proyectos personales. Un día de diciembre de 1995, mientras conducía de regreso a casa, a Smith se le ocurrió una idea: crear un servicio de correo electrónico gratuito al que los usuarios pudieran acceder de manera anónima en la Red.
Smith llamó a Bhatia por el teléfono de su coche. Éste oyó una frase y lo interrumpió:
-¡Cuelga ese celular y vuélveme a llamar por una línea segura cuando llegues a tu casa!
Cuando Smith volvió a llamar a Bhatia, 15 minutos después, las mentes de ambos parecían estar sincronizadas conforme saltaban de un aspecto de su idea a otro. Bhatia se pasó la noche en vela, redactando el plan de negocio en el comedor de su pequeño apartamento.
Bhatia necesitaba 300, 000 dólares para crear una versión preliminar del programa del correo electrónico, por lo que se puso a ofrecer aquí y allá este negocio y otro que consistía en una base de datos personal obtenida de la Red. Habló con 19 firmas de capital de riesgo (compañías que financian a los empresarios a cambio de un porcentaje de las acciones), pero no tuvo éxito.
Entonces conoció a Steve Jurvetson, de Draper Fisher Jurvetson, a quien le interesaba el negocio pero no confiaba en los cálculos de las ganancias que había hecho Bhatia, según los cuales iba a hacer crecer su empresa de correo electrónico a una velocidad nunca antes vista.
Juvertson rechazó las proyecciones, pero Bhatia insistió en que su plan era factible
Por el pago adelantado de 300, 000 dólares, la empresa quería una participación del 30 por ciento. Bhatia ofreció 15. Las negociaciones parecían estancadas, pero al día siguiente Draper Fisher Jurvetson aceptó el 15 por ciento.
Bhatia y Smith renunciaron a su empleo en Apple Computer y abrieron una oficinita en Fremont, California. Bhatia convenció a 15 empleados de que trabajaran sin sueldo a cambio de la opción de comprar acciones de la compañía más adelante a un precio fijo. Para junio a Bhatia y a Smith se les estaba agotando el dinero y todavía faltaba un mes para que el producto estuviera listo. Otro empresario de capital de riesgo, Dough Carlisle, se interesó en invertir, pero Bhatia pensó que si él y Smith lanzaban primero el servicio tendrían más control de la compañía que habían creado. Consiguieron que un banco les prestara 100, 000.
El 4 de julio de 1996 Bhatia y Smith lanzaron su compañía, que se llamó Hotmail. En ese entonces, para tener una dirección electrónica había que ser dueño de una computadora, pero con Hotmail, esto ya no iba a ser necesario: los usuarios podrían tener acceso a su buzón una cafetería en Praga o en Taipei. El día del lanzamiento, Bhatia y Smith cargaron con radiolocalizadores programados para indicarles cada hora el número de suscriptores nuevos. Los primeros usuarios encontraron el Hotmail por sí solos y luego les mandaron mensaje a sus amigos: 100 usuarios en la primera hora, 200 en la segunda, 250 en la tercera. La idea fue tan eficaz que 80 por ciento de los suscriptores de Hotmail dicen que supieron de éste por medio de un amigo. Este sistema dio origen al concepte de "mercadotecnia viral", en la cual cada mensaje enviado desde una cuenta de Hotmail era un anuncio del servicio.
Cuando Sabeer volvió con Carlisle para decirle que ahora sí necesitaría el dinero, Hotmail tenía 100, 000 suscriptores y estaba valuado en 18 millones de dólares.
Hotmail empezó a poner noticias y otros contenidos de Internet en los buzones de sus suscriptores. Esto no era nada nuevo; lo nuevo era la forma en que estaba fluyendo el dinero. Los sitios que estaban proveyendo noticias querían recibir un pago. Pero Bhatia pensaba que debían pagarle a Hotmail por el privilegio de piblicar su información. Sorprendentemente, los negocios accedieron y Hotmail empezó a crecer tan rápidamente que algunos proveedores de información no se daban abasto para satisfacer tan enorme demanda.
Todos los días Smith revisaba Internet en busca de competidores. Pasaron seis meses antes que apareciera el primero.
En diciembre de 1997 Sabeer y Scott Weiss, otro amigo suyo, fueron a California a ver una presentación de Jerry Yang, cofundador de Yahoo! Yang habló de lo que ha llegado a llamarse en la estrategia de Internet "la ventaja del primero": los invaluables beneficios de ser el centro de atención por un tiempo. Yang dijo que Yahoo! había gozado tres meses de exclusividad antes de ver a su primer competidor, y que esa ventaja se debía a que hasta ese día fuera el mejor directorio de búsqueda por Internet. Bathia abrió los ojos como platos cuando entendió lo que eso significaba.
La posibilidad de que alguien le copiara la idea de Hotmail había sido para él una preocupación constante. Su minúscula empresa todavía no pasaba aún de 25 empleados. Al escuchar a Jerry Yang, Bhatia se inclinó hacia Scott Weiss y le dijo:
-Nosotros tenemos una ventaja de seis meses en nuestro mercado. Vamos a ganarle a cualquier posible competidor.
Tiempo después Bhatia le diría a un reporero:
-El día que Microsoft empezó a mostrar interés, ya teníamos seis millones de usuarios.

Audacia de un empresario

Cuando Microsoft hizo una oferta para comprar Hotmail en el otoño de 1997, envió a un pequeño ejército de ejecutivos. Seis de ellos volaban cada vez desde Redmon, Washington, a la sala de conferencias de Hotmail. Le ofrecieron a Bhatia una cifra que hubiera puesto en sus bolsillos decenas de millones de dólares. Bhatia la rechazó y ellos se enfurecieron y se marcharon. Regresaron una semana después, y luego otra vez cada semana durante dos meses.
Le pidieron a Bhatia que se desplazara a Redmond a entrevistarse con el fundador de Microsof, Bill Gates. En la entrevista, Gates empezó a hacer preguntas. "Sus preguntas eran de estrategia y no tenían nada fuera de lo común", dice Bhatia. "Eran las mismas inquietudes que me habían estado plantenado los inversionistas todo el tiempo. De pronto caí en la cuenta de que tampoco Bill Gates era un superhombre. Es de carne y hueso como yo". Al comprender esto, el joven se tranquilizó y recuperó la confianza en sí mismo.
Bhatia hizo una encuesta informal entre sus inversionistas para ver qué precio podrían preveer. La cifra de Carlisle, 200 millones, era la más baja. En privado, había estado diciendo, medio en broma, que quería 1000 millones de dólares, así que retó a Carlisle:
-¿No crees que podamos obtener más?
Carlisle se río y contestó:
-Mira, Sabeer, si llegan a ofrecer los 200 millones, mandaré hacer una estatua tuya de bronce y la pondré en el vestíbulo de mi compañía.
Bhatia regresó a Microsoft y pidió 500 millones. Los negociadores le gritaron que estaba loco.
La tensión aumentaba a medida que Microsoft subía su oferta: 200 millones, 250, 300. Carlisle empezó a decir: "¡Vamos a erigir una estatua!". Bhatia , que contaba con la autorización de sus directores y gerentes para negociar la venta, se mantuvo firme: "No hay trato". Cuando el equipo de negociación le ofreció cerca de 350 millones, la mayor parte de los gerentes de Hotmail se inclinaban por aceptar.
" Rechazar esa oferta es lo más temerario que he hecho en mi vida", dice Bhatia. "Todo el mundo me había dicho: 'en tu conciencia quedará si echas a perder las cosas'".
En la Noche Vieja de 1997 se anunció un acuerdo. Hotmail se había intercambiado por
2, 769, 148 acciones de Microsoft, que en ese momento tenían el impresionante valor de 400 millones de dólares.
Carlisle trató de cumplir su promesa respecto a la estatua, pero Bhatia se negó porque a su madre le pareció que un honor semejante sólo podía rendírsele a grandes hombres como Ghandi.
Cuando Hotmail pasó a ser una subdivisión de Web Essentials de Microsoft, Bhatia se quedó como director general. Para entonces, la empresa ya tenía 144 empleados.
A solo 8 meses del anuncio del trato, el precio de 400 millones parecía una ganga, sobre todo porque la base de usuarios de Hotmail había crecido a más del doble desde la fecha de la venta; no sólo tenía ya 22 millones de cuentas activas, sino que se estaban suscribiendo 125, 000 usuarios nuevos al día. Bhatia había creado la base de usuarios de Hotmail más rápidamente que ninguna otra compañía de comunicaciones en la historia, que para esas fechas ya contaba con 67 millones de usuarios.
"En retrospectiva", dice Jurvetson , "Estoy por creer que 1000 millones de dólares era la cifra correcta".
Así pues, ¿es Bhatia un hombre afortunado o un gran hombre? Él dice que el mérito es la cultura del Valle del Silicio: "En ningún otro sitio del mundo dos tipos de 27 años hubieran podido conseguir 300, 000 dólares de personas a las que acababan de conocer. Dos tipos que no tenían experiencia alguna en productos de consumo, que nunca habían creado una compañía ni habían administrado personal, y que ni siquera tenían experiencia en programas de cómputo. Lo único que teníamos era la idea".


Epílogo:
Encerrar a Bhatia en el estilo de vida de un alto ejecutivo no podía durar mucho.
En marzo de 1999, Bhatia dejó discretamente Microsoft para iniciar una nueva empresa llamada Arzoo.com, un sitio que reune a los expertos en el campo de la tecnología de la información con las empresas para resolver problemas de tipo tecnológico en Internet. Su objetivo es "crear la red más grande de capital humano más grande del mundo".
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