martes, 23 de abril de 2013

EL HOMBRE MAS RICO DE BABILONIA(2) CONTINUACION



Esta es la historia de Bansir, un constructor de carruajes de  Babilonia, y su amigo Kobbi, el músico.  Ambos cansados de su miseria se preguntaron, ¿Por qué  no podemos conseguir  dinero, más que lo suficiente  para comida y ropa.
Pensaban, también, en  sus hijos  ¿no estaban siguiendo la huella de sus padres? ¿Necesitan ellos y sus familias y sus hijos vivir toda su vida en medio de tales tesoros y no obstante, como ellos, contentarse con banquetear con deliciosos manjares?
Estos hombres,  como la gran mayoría de nosotros,  trabajaban desde muy temprano y hasta muy entrada la noche, trabajaban lo mejor que podían, deseando, de todo corazón, que algún día la diosa fortuna  reconozca sus necesidades  y les concedieran gran prosperidad. Esto nunca ocurría. También reconocieron que eso nunca pasaría. Por  lo tanto se hallaban tristes.
Deseaban ser ricos. Deseaban poseer propiedades inmobiliarias, tener ropa fina y dinero en el bolsillo. Estaban dispuestos a trabajar por esas cosas, con todas sus fuerzas de su ser, con todas  las habilidades de sus manos, con toda la sagacidad  de su mente; pero también  que sus trabajos sean justamente recompensados. ¿Qué pasaba con ellos? Se preguntaban  ¿Por qué no tenían la justa participación  de las cosas buenas, tan copiosas para aquellos que tenían dinero con el cual comprarlas?
¡Querían saber la respuesta! Porque, no deseaban continuar año tras año viviendo vidas de esclavos. ¡Trabajando, trabajando, trabajando! Sin conseguir nada.
Entonces se preguntaron si podrían averiguar como otros conseguian el dinero y hacer lo que ellos hacían. Pensaban tal vez haya algún secreto que podrían aprender, quizás si preguntaban a  aquellos que sabían.
Decidieron  preguntar  a su amigo ARKAD, que se decía que era el hombre más  rico de babilonia,  que  aseguraban  que el rey buscaba su consejo  en asuntos del Tesoro Real. Este hombre era muy rico y siempre llevaba consigo mucho dinero, este recomendaba que debía tenerse un ingreso  que se mantuviera  fluyendo, sin importar si descansaba  o se hallara de viaje  e incluso mientras dormía; y ARKAD  tenía este tipo de ingreso  que le mantenía la billetera llena sin importar cuán liberalmente gastaba.
Comprendieron que la razón de que nunca encontraron riqueza, era que  no la buscaban. Y que habían tenido éxito en aquellas cosas que se habían esforzado por aprender, al fin vieron una luz  que brilla como la del sol al amanecer. Entendieron que tenían que aprender más, para poder prosperar más. Y con esta nueva comprensión  encontrar medios honorables para alcanzar  sus más anhelados sueños.



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