Esta es la historia de Bansir, un constructor de carruajes
de Babilonia, y su amigo Kobbi, el músico. Ambos cansados de su miseria se preguntaron, ¿Por
qué no podemos conseguir dinero, más que lo suficiente para comida y ropa.
Pensaban, también, en sus hijos ¿no
estaban siguiendo la huella de sus padres? ¿Necesitan ellos y sus familias
y sus hijos vivir toda su vida en medio de tales tesoros y no obstante, como
ellos, contentarse con banquetear con deliciosos manjares?
Estos hombres, como
la gran mayoría de nosotros, trabajaban
desde muy temprano y hasta muy entrada la noche, trabajaban lo mejor que podían,
deseando, de todo corazón, que algún día la diosa fortuna reconozca sus necesidades y les concedieran gran prosperidad. Esto
nunca ocurría. También reconocieron que eso nunca pasaría. Por lo tanto se hallaban tristes.
Deseaban ser ricos.
Deseaban poseer propiedades inmobiliarias, tener ropa fina y dinero en el
bolsillo. Estaban dispuestos a trabajar por
esas cosas, con todas sus fuerzas de su ser, con todas las habilidades de sus manos, con toda la
sagacidad de su mente; pero también que sus trabajos sean justamente recompensados.
¿Qué pasaba con ellos? Se preguntaban ¿Por
qué no tenían la justa participación de
las cosas buenas, tan copiosas para aquellos que tenían dinero con el cual
comprarlas?
¡Querían saber la
respuesta! Porque, no deseaban continuar año tras año viviendo vidas de
esclavos. ¡Trabajando, trabajando, trabajando! Sin conseguir nada.
Entonces se preguntaron si podrían averiguar como otros conseguian el dinero y hacer lo que ellos hacían. Pensaban tal vez haya algún secreto que
podrían aprender, quizás si preguntaban a
aquellos que sabían.
Decidieron preguntar
a su amigo ARKAD, que se decía que era el hombre más rico de babilonia, que aseguraban
que el rey buscaba su consejo en asuntos del Tesoro Real. Este hombre era
muy rico y siempre llevaba consigo mucho dinero, este recomendaba que debía tenerse un ingreso que se mantuviera fluyendo, sin importar si descansaba o se hallara de viaje e incluso mientras dormía; y ARKAD tenía este tipo de ingreso que le mantenía la billetera llena sin
importar cuán liberalmente gastaba.
Comprendieron que la razón de que nunca encontraron riqueza,
era que no la buscaban. Y que habían tenido
éxito en aquellas cosas que se habían esforzado por aprender, al fin vieron una
luz que brilla como la del sol al
amanecer. Entendieron que tenían que
aprender más, para poder prosperar más. Y con esta nueva comprensión encontrar medios honorables para alcanzar sus más anhelados sueños.
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